1RA CONFESION: EL ORGULLO

Hay veces, que no se puede remediar. Piensas, soy así y a quien no le guste que se joda, sin pensar en ninguna solución, sin pararte a imaginar lo que le pasa a la cabeza a la otra persona, la verdad no es un orgullo ser orgulloso.

Es algo, que toda persona tiene, tenerlo es importante, pero como todo, si abusas puedes acabar mal. Es un sentimiento que corroe bastante, es un hielo que por mucho que lo tires al suelo, se resiste a romperse.

El orgullo no es amigo del perdón en pleno acción, es amante de las tonterías y sin quererlo va jodiendo poco a poco las cosas con actos, que mientras los llevas a cabo te vas arrepintiendo, aunque no lo reconozcas.

Cuesta de romper ese hielo, aunque tarde o temprano de tantos golpes, al ver que la cosa va más allá de ese tonto enfado.

Orgullo, hielo y fuego al mismo tiempo, criticado, necesario…